(Momentos estelares de la Humanidad, Stefan Zweig, extracto)
Scott, capitán de la marina británica, intenta organizar una expedición al Polo Sur, y aunque sus medios propios no le bastan, no se desanima y contrae deudas, seguro como está de su triunfo. Su joven esposa le da un hijo, pero tampoco este hecho influye en su determinación de llevar a cabo el intento, y, cual otro Héctor, abandona a su Andrómaca. Ninguna consideración humana detendrá su voluntad. Reúne algunos compañeros para su obra ...
desanimar
cual: adv. 好像,宛如
Héctor,Andrómaca
[...]
Salen de Inglaterra el 1º de junio de 1910.
[...]
Las dificultades no tardan en presentarse. A los dos días de viaje, se averían los trineos automóviles, que han de ser abandonados como carga inútil; tampoco los mulos dan el resultado que se esperaba...; pero una vez más triunfa la materia viva sobre la fría mecánica, pues las acémilas que ha habido que matar sirven de alimento a los perros, cosa que les proporciona nuevas calorías y renovadas fuerzas.
Sin embargo, el incidente más pequeño supone un gran peligro. Un perro que se escapa, un mulo que se desvía, resultan sobrados motivos para angustiarse en aquellos desolados lugares. Allí todo ser vivo tiene un valor que no se puede medir, pues no puede ser sustituido. De la herradura de un muro depende tal vez la inmortalidad. Una tempestad puede hacer fracasar una gesta que sería, de poder realizarse, eternamente gloriosa.
La salud de los expedicionarios empieza a resentirse: unos sufren deslumbramiento con la nieve; a otros se les hielan los miembros ... Los mulos dan muestras de agotamiento, a pesar de lo cual hay que reducirles la ración, y por fin, en las proximidades del glaciar de Beardmore, todos los pobres animales sucumben. Se han de enfrentar con el penoso deber de tener que matar a las valientes bestias que en aquellas soledades han sido, durante dos años, entrañables amigos; todas ellas eran conocidas por su nombre, ¡y en cuantas ocasiones las han colmado de caricias ... ! A aquel campamento trágico le dieron el nombre de ¨El Matadero¨.
Una parte de la expedición se separa en aquel lugar sangriento y retrocede hasta la base, mientras la otra se dispone a llevar a cabo el último esfuerzo, a través de la glaciar, de aquella invencible muralla de hielo que rodea el Polo y que sólo la firme e inconmovible voluntad de un hombre puede romper.
Cada vez recorren menos distancia. La nieve se adhiere a los trineos, que ya no se deslizan, sino que tienen que ser arrastrados a viva fuerza. El hielo corta como cristal y les hiere los pies, pero no retroceden. El día 30 de diciembre llegan al grado 87 de latitud. Allí ha de retroceder el último grupo; sólo cuatro elegidos deben acompañar a Scott al Polo. Scott hace la selección. Los que son descartados no se atreven a protestar, pero sienten de veras tener que dejar en otras manos la gloria de ser los primeros en llegar hasta el fin. Pero la suerte está echada.
deslezar: 滑動
descartar: tr. 摒棄
[...]
El grupo escogido continúa hacia lo ignoto(未知的).
Las anotaciones de aquellos últimos días descubren una gran inquietud a medida que se acercan al Polo. El diario dice: ¨Nuestras sombras emplean una gran cantidad de tiempo para ir de nuestra derecha a nuestro frente y luego seguir hasta colocarse a la izquierda.¨ Pero la esperanza es cada vez mayor. Scott va anotando las distancias ya recorridas: ¨Sólo faltan ciento cincuenta kilómetros hasta el Polo, pero de seguir así, no podremos resistirlo.¨ Y dos días más tarde dice: ¨Sólo faltan ciento treinta y siete kilómetros hasta el Polo, pero serán muy amargos.¨ De repente las anotaciones adquieren un tono más optimista: ¨¡Sólo a noventa y cuatro kilómetros del Polo! Si no conseguimos llegar hasta él, habremos llegado muy cerca.¨ El 14 de enero la esperanza se convierte en seguridad: ¨¡Sólo a sesenta kilómetros! ¡Tenemos el final ante nosotros!¨ Y al día siguiente las notas del diario respiran franca alegría: ¨Sólo nos quedan cincuenta miserables kilómetros. ¡Tenemos que llegar hasta allí, cueste lo que cueste!¨
¨Buen humor¨, consigna Scott en el diario el 16 de enero. Por la mañana salen más temprano que ningún día, pues la impaciencia les impulsan a salir de sus sacos de dormir, para contemplar cuando antes el maravilloso y terrible secreto. Recorren catorce kilómetros hasta la tarde; marchan serenos a través del blanco desierto sin vida; no cabe dudar de que la meta será alcanzada. La trascendental hazaña está casi realizada. De pronto, Bowers se muestra intranquilo. Su mirada se clava anhelosamente en un diminuto punto oscuro que se destaca en aquella inmensa sabana de nieve. No se atreve a participar sus sospechas, pero en el cerebro de todos se agita la misma y terrible idea; la idea de que otro hombre hubiera podido plantar allí su señal. Procura tranquilizarse aunque sin tenerlas todas consigo. Y así como Robinsón se empeña en vano en persuadirse de que la huella que ha descubierto en la isla es la de su propio pie, así también dicen ellos que puede ser una grieta de hielo, tal vez un simple reflejo. Tratan de engañarse unos a otros, pero todos saben ya la verdad sin la menor duda posible: los noruegos, Amundsen, les han tomado la delantera.
anheloso: 呼吸困難的,焦急的
hazaña: =gesta,豐功偉績
sabana: 大草原
grieta: 裂縫,缺口
Pronto se desvanece la última incertidumbre ante el hecho auténtico de una bandera negra atada a una trineo abandonado allí con los restos de un campamento. Varios trineos y huellas de perros. Era indudable: Amundsen había acampado allí. Lo que el ser humano ha considerado grandioso, lo incomprensible, ha sucedido ya: el Polo de la Tierra que durante miles y miles de siglos había permanecido inexplorado, acaba de ser conquistado por dos veces en el transcurso de poquísimos tiempo, con la sola diferencia de quince días. Y ellos son los segundos -- retrasados un mes entre millones de meses --. son los segundos, pero, ante el concepto miserable del hombre, lo primero es el todo y lo segundo ya nada significa. Inútiles han sido todos los esfuerzos, inútiles las privaciones y locas las esperanzas concebidas durante semanas, meses y años. Scott escribe en su diario: ¨Todas las penalidades, todos los sacrificios, todos los sufrimientos, ¿de qué han servido?¨ Sólo han sido sueños que acaban por desvanecerse. [...]